El pensamiento de diseño, Design Thinking es una disciplina que pretende aplicar el proceso de diseño como enfoque holístico para la resolución de problemas: capacidad de mezclar el pensamiento convergente y divergente en ciclos de desarrollo iterativo de las ideas ampliando o cerrando el flujo de información según la necesidad del momento.
Se trata, en resumen, de un enfoque práctico basado en hacer frente a los desafíos de gestión, de desarrollo de negocio o de desarrollo de servicios de la misma perspectiva y con el mismo sistema con que un diseñador enfrenta y resuelve proyectos. Por ello es importante entender el diseño como el proceso de proyectar, y no meramente como la definición de la belleza y la funcionalidad.
El contexto actual exige lidiar con cantidades de información que va unido a una situación de incertidumbre. La razón de ser del Design Thinking, es que se presenta como una herramienta válida para desarrollar soluciones y alcanzar puntos óptimos para la toma de decisiones que concilien el pensamiento racional y lógico con el intuitivo.
El crecimiento y evolución del DT en los últimos años ha consolidado una serie de bases que sustentan y construyen su identidad: Colaboración, Integración, Interpretación, Exploración, Experimentación, Iteraciones y Cocreación.
El objetivo es encontrar y resaltar las necesidades no cubiertas como punto de partida o bien ajustar soluciones que surjan desde oportunidades de recursos o desde las nuevas tecnologías.